martes, 26 de marzo de 2019

Sin prisa

Salgo a la calle y veo gente con un sentido de urgencia por llegar a ninguna parte.

El automóvil es su medio de apurar el tiempo.

Ensimismado escucho a lo lejos la bocina que me indica que el semáforo cambió al verde para continuar.



Hay ciudades con mas prisa, mientras más grande más prisa.
Los sonidos urgen se quite aquel que avanza despacio, la nuestra se muestra ya casi así.
Las grandes avenidas llevan gente con urgencia ciega, con prisa irracional, con deseos de volar para estar allá y luego regresar acá. 

La velocidad para llegar al panteón es cada vez mayor. 

Meten el acelerador a fondo con sus vidas. Toman alcohol, se drogan, nocturnos alebrijes sin descanso, desmayados de luces y música grave, los bajos que te entierran y sujetan como pie de la cruz.


Gente que circula sin observar, su prisa cuidadosa les hace pasar sin percatarse, que hace tiempo su carruaje se fue con destino lúgubre. Muertos en vida, piensan que eso es vivir.

Olvidaron la estupidez sencilla de mirar crecer la planta y observar la flor. 
El proceso del botón salir. 
Para días después, ver crecer el fruto, que rojo incita a morder. 

De meter los pies en el agua, donde las olas golpean sus pies. Tocar con los labios el agua salada del mar y saborear esa extraña sensación de los minerales que el océano contiene.

¡Qué bárbaro soy!
Llevo tres minutos escribiendo esto y tengo prisa de...

¡No sé, ya se me olvidó!
Tal vez soy un loco. Un loco de esos que ven el mundo pasar.
No me hagan caso.

A.R.Barrios
Foto: Joaquín Vila Palmeros
Veracruz, Ver. 26 de marzo de 2019

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