Llegaremos hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los
mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y fuerza en el aire,
defenderemos nuestra isla, cualquiera que sea el costo, lucharemos en las
playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en
las calles, lucharemos en las colinas, ¡nunca nos rendiremos!
W. Churchill
Hoy recibí la noticia de
que uno de mis hermanos de juventud sucumbió al virus, su ejemplo de lucha, de
trabajo, de honradez me imponen. Su lealtad de años. Su esposa está dando la
pelea por sobrevivir. Que Dios le conceda la vida y le permita sobrellevar toda
esta pena.
Cuando la guerra, en Dunkerque hubo un desembarco fallido, una mala decisión por invadir Europa a través de las playas de Francia. Fue un desastre para Inglaterra y Francia. Muchos jóvenes ingleses murieron producto de balas de los aviones alemanes, pero muchos otros perecieron ahogados en los barcos, yates, lanchas pesqueras particulares.
El enemigo estaba
visible, sus aviones, sus cañones, submarinos, soldados, lo que fuera era visible.
Sabían contra qué luchaban. Las muertes fueron enormes. Jóvenes con sus rostros
llenos de miedo. Huían de la metralla, los cascos de los barcos de madera que
llegaron al rescate eran perforados por la metralla de los aviones. Y no era
por cobardía, era por una mala posición, estaban indefensos, no había
protección alguna en esa playa abierta, sin rocas ni promontorios.
Setenta años después
libramos otra guerra mundial, es contra un virus, un cobarde virus. No es
visible, se pasa en un beso o en un abrazo de algún ser querido. Se pasa por
tener que trasladarse en condiciones de pobreza e inseguridad sanitaria en los pueblos
que carecen de servicios sanitarios de primer mundo.
Aún en esos, los caídos son
por miles, millones. La estadística es benigna, dice que es baja la mortandad.
Sin embargo, este cobarde virus, liberado, ataca a personas que su sistema inmunológico
es débil, o está dañado previamente. Ataca en silencio, crees que todo está
bien y cinco días después se manifiesta con temperaturas y otros síntomas. Los
grandes laboratorios corrieron por encontrar una vacuna, que tampoco es vacuna
propiamente dicha.
Los amos del mundo y sus lacayos gobernantes no son
almas de la caridad. Pará estar ahí, requieren un alto grado de perversidad.
Por eso es por lo que todo lo que se dice es posible.
Antes decían que eran teorías de la conspiración.
Ahora ya sabemos que sí es una conspiración.
¿Acaso crees que el virus es un accidente?
¿Qué paralizar al mundo es una medida necesaria?
Sólo está contagiado el 1.2% de la población y de ese
grupo sólo fallece el 0.9 %
¿Pero es necesario que el 100% del mundo se vacune?
Él 99.1 % de los contagios se alivia.
¿Te dice algo eso?
Hablan ya de otra
mutación del mismo virus, como si fuera casi digital la mutación, a la
velocidad de la luz. Pero en los estudios científicos estas mutaciones no se
dan tan rápidamente. Tal parece que todo estaba preparado.
Los destrozos en todos
los sectores son evidentes, lo económico continuará este 2021. Lo social se
manifiesta, la gente deprimida, enojada dentro de sus familias, manifiestan todo
tipo de sicopatías. Los bancos como monolitos imperturbables continúan sus
operaciones de agio, destrozando hogares, desalojando gente, evicciones en países
desarrollados, gente durmiendo en la calle.
Y no tienen llena, nada
les satisface aún. Tal vez desean más muertes, más países arrodillados, más
control de la gente, de los pueblos. Vacunas que son obligatorias en algunos países
y en otros lo sugieren.
Nos aproximan sin remedio al transhumanismo y nadie se da cuenta de ello. Excepto algunas voces, que de inmediato son calladas, anuladas.
Las grandes corporaciones
de internet incluyeron con tiempo, claro, reglas sobre el discurso que cada
usuario debía respetar y por nada del mundo debía trasgredir. Un poco rara esa
anticipación. Por ahí anda un notable rico comprando tierras por todo el mundo.
Algo sabe y quiere tener sus bosques o reservas naturales donde la huella del
hombre sea borrada quizá.
Mientras seguimos
guardados, las balas del virus las disparan, una tras otra, enemigo invisible,
sin control. El salvamento que ofrecen son buques agujereados porque ningún
laboratorio asegura la efectividad, se registran casos de vacunados con daños o
secuelas por causa de la vacuna.
Me queda decir que varios
amigos han caído, familiares, vecinos, la gente se mueve sin control también.
La movilidad de los jóvenes es tremenda, en un solo día visitan tres o cuatro
amigos, cruzan amistades, efectúan fiestas, el virus feliz.
El causante de esta desgracia
contra la humanidad perversamente calla, lo hacen parecer como generación espontánea.
Y no es así.
Ojalá pronto estemos
fuera de esto. Ojalá pueda decir a mis amigos, los que quedan, que nos veremos
en quince días. Invitarles una comida, compartir un vino, una charla sobre cómo
ser felices o repartir el botín de la alegría. Contemplar un anochecer con múltiples
estrellas o sentarse en el jardín y descubrir flores nuevas de diferente color.
Los quiero ver bien.
Quiera Dios que seamos
sobrevivientes de toda esta locura.
Para mis amigos Julia
Aguirre Parres (QEOD) y Sergio Fernando Cebrián Urrea (QEPD).
Hoy es domingo 17 de enero de 2021, ayer Jully se unió al viaje con su esposo. Una gran tristeza invade mi mente. Ambos ingenieros civiles, empresarios limpios, luchadores. Les llevaré en mi alma, siempre con afecto hasta que los vuelva a ver.
Hermano Sergio siempre recuerdo
aquella fría, muy fría, mañana, donde un anciano nos invitó a su casa salvándonos
de la congelación en la montaña. Hasta el último día lucharé en cualquier parte.
Mi abrazo fraterno hasta donde estés.
A.R. Barrios
Fotos: A.R.Barrios Iglesia de Maní donde un fraile llamado Diego de Landa quemó los codices mayas, en un intento más de silenciar el derecho de expresión.
Veracruz, Ver. 16
de enero del 2021