miércoles, 9 de marzo de 2022

EL ÀRBOL DE ALMENDRAS

     Me esconderé en un árbol de almendras, ese de las hojas grandes. Ya tiene unas amarillas. El fruto también, sabroso.

    Allí arriba estoy en un mundo que pocos conocen. Ese insecto verde que huele muy mal.     Con una varita lo empujo para que avance o se caiga. Hay otros de color marrón, son iguales a los verdes apestoso.
    Las hormigas negras hacen su nido aquí arriba.
    
    Una rama más arriba.
    ¡Uf! Desde aquí alcanzo a ver el tranvía "Villa del Mar" con su ruido que poco a poco se aproxima.
    Es descubierto por los costados. Pintado de amarillo, Con sus peldaños de madera para ascender.
    ¡Eh!
    Detrás vienen colgados el yuca y Elías, ¡qué cabrones!
    
    Jalaron el "trole", esa especie de palanca que unida a una cuerda hace contacto con el alambre de energía eléctrica que mueve este vehículo muy singular.
    Lo hacen para que se detenga.
    ¡Salieron corriendo. los bribones!

    Pobre conductor. Se bajó para colocar la rueda sobre el cable nuevamente.
    Eso nunca lo he hecho.
    Me gusta ir hasta la casa de la media cuadra y correr a la par del tranvía. Algún día le ganaré.
    ¡Baja de ahí!
    El grito de mi madre me saca de mis cavilaciones y la observo. Le muevo afirmativamente la cabeza y me vuelve a gritar...
    !Vas a ver cuando bajes te voy a partir la madre! Me espeta.

    Mi intento de bajar se detiene y pienso... Estoy más seguro aquí arriba.
    Él aire fresco del otoño mece las ramas y me descubren otra vista, muy agradable.
    Los jardines verdes de las casas grandes.
    
    Mi madre se marcha y alcanza a lanzar su última amenaza.
    ¡Ya verás que te agarre!
    La dueña de la tortillería mueve la cabeza negativamente, ella fue la denunciante.
    Tu hijo está ahí arriba del árbol, le dijo en voz baja.
    ! Traidora!
    Alcanzo una almendra, amarilla, con ligeros toques rojos.
    ¡Esta está madura!
    Y acto seguido, le pego una mordida a esa delgada capa dulce del fruto.
    Mi campo de observación por media hora debe ser abandonado.
    He visto pasar a todo el vecindario que viene a comprar tortillas.

    Media cuadra adelante, doña Licha, vende menos tortillas hechas a mano, desplazada por la rapidez de la máquina y el bajo costo de la harina de maíz.

    Desciendo del árbol, la hija de Goebbels ya se fue...
    Ya sé, iré con el abuelo a su tienda, le ayudo un rato, barro la banqueta, acomodo refrescos en su nevera, y me robo unas galletas como justo pago a mi trabajo.
    La calle hoy es de mucho tráfico.
    
    Los tranvías ya no pasan, las vías han sido retiradas, vendieron el acero. La tienda de mi abuelo cerró y enfrente abrieron una tienda de conveniencia (para el dueño de esa gran corporación), el árbol no existe más.

    La acera testigo mudo de mis carreras no era tan grande y mis carreras ya no tienen sentido pues no me gusta competir con nadie, solo con el tranvía. Mi madre con ochenta y cinco años ya solo me amenaza con un abrazo y besos.

    Las tortillas hechas a mano son una añoranza.

    Y luego dicen que los niños no recuerdan nada.

    Pará mí calle.. Que es como la tuya.

A. R. Barrios
Noviembre de 2021

jueves, 3 de marzo de 2022

¿Y yo?¡Yo me enamoraba! (Para Karyna)

 

    ¿Y yo?¡Yo enamoraba!

    Se soltaba el pelo y yo me enamoraba.

    Le veía sus manos recoger el cabello, hacer su mechón, ¿y yo? 

    ¡Yo me enamoraba!

    Abría sus ojos enormes para mirarme y yo me enamoraba, desplegando esfuerzos, detalles por su cocina, sacaba lechuga, brócoli, calabaza, todo verde como mi esperanza, las ponía en el plato con sus delicadas manos, todo listo para comer el fruto de su amor, ¿y yo? 

    ¡Yo me enamoraba!


     Reía, me mostraba su hermosa dentadura, echaba su cabeza hacia atrás, ¿y yo? 

    Yo me enamoraba!

    Le observaba su estilo de vestir, en jeans, con tenis, en vestido, sus hombros descubiertos, con chamarra, sus uñas pintadas y ella brillaba, cada vez mis ojos deslumbrados, hipnotizados solo tenía mirada para el espectáculo que ella prodigaba, ¿y yo? 

    ¡Yo me enamoraba!

Es que no hay otra forma de enamorarse, el escuchar su plática, el observar su ir y volver, el mirar sus cosas que le gustan y poder complacer, admirar su belleza, es como si no existiera más que su alma para la mía porque desde la primera vez que la vi, yo me enamoraba.

Y así me dice que sólo es gusto, ¡yo no hago nada! Exclama... 

¡No es así!¡Ya me enamoré!

Me es imposible no expresar este sentir, no poderlo escribir que, además es mi último reducto.

¡Le amé irremediablemente! 

Aunque sé que me arriesgo mucho al decírselo ¿y yo? 

¡Yo me enamoré!

 

A.R. Barrios

Veracruz, Ver. Marzo de 2021

GRACIAS

     Ya pa lante y sigue un paso más.

    Gracias por este día bello como todos los que he vivido. 


    Gracias por los colores del mar y el viento, juntos crean más movimiento y colores, vibraciones maravillosas, las estrellas de la noche y también gracias por mis amigos, esos disímbolos, enojones, solidarios, extraños ahora de tanto vivir, tolerantes y viceversa, los que cantan o bailan, los eruditos y los pleonasmos, los modernos y los coleccionistas, los que aman a los perros y las plantas, los que usan su hemisferio derecho para crear y los realistas pragmáticos, enfocados en usar sólo el izquierdo, gracias también por eso, son mi espejo o quizá lo que quisiera ser. 



    Será, tal vez, en otra vida.

    Gracias por mi padre, mi madre y los hijos, las novias y mujeres que conocí, en todos dejé un poco de mi.

    Gracias padre Creador. Gracias por la felicidad y por qué no, por las lágrimas.

    Amo todo lo que me has dado y lo agradezco.

    Me has dejado ser yo y esa es mi mejor bendición.

    Pará ti Gracias siempre. Te amo

A.R. Barrios

Veracruz, Ver. Marzo de 2022

Taller de carpinterìa "Muebles rùsticos A.R. Barrios"

Como Benedetti

       Te quiero bonita      Te quiero bonito      Te quiero dulzura      Te quiero con el alma      Mi corazón pierde el ritmo      Pierdo ...