domingo, 25 de agosto de 2019

Sin Te

Sin Te.
Amo por la noche.
Cuando el pensamiento se libera del día y lo mundano queda para el siguiente.

Amo mirando al mundo de los sueños, de lo imposible pero también de lo posible.
Amo cuando libero los sueños, los personajes desconocidos aparecen pero me traen mensajes de lugares remotos.
Amo al despertar, como la mañana trae los cantos de cotorros y su parloteo, primaveras que anuncian su partida porque el otoño ya llegó y septiembre abrirá otra puerta. Traerá con ello la imagen de quien siempre pienso.

Amo porque el aire me abraza, como quisiera que me abrazaras así.
Y  amo sin "Te" porque lo tengo prohibido.
Y aún así Te amo.
A.R.Barrios
Veracruz, Ver. 25 de agosto de 2019

miércoles, 21 de agosto de 2019

Amor de mi vida

Buenos días amor de mi vida.
¿O debo decir buenos días Sol de mi mañana?


Sol de mis planetas desolados y ausentes. Que con su sola presencia ilumina mis rincones olvidados o enternece las fibras de mi ser.

¿O tal vez decir?
Sol que calienta los extremos de mi vida ya tan fría. Tan lejano todo para recomenzar. 

Quizá primero tuve que envejecer, como aquella película que planteaba tal contradicción, para terminar siendo bebé y así al final, guardar el suave recuerdo de lo experimentado y no la dureza de lo vivido y que lo último no fuera doloroso.


Me inclino ante ti. Sol, sol de memoria mía y que en cada neurona tonta de mi ser me muestro arrepentido del mal que hice. 
Estoy tan lleno de errores y debilidades que una vez más digo: lo siento.

A.R.Barrios
Veracruz, Ver. 21 de agosto de 2019

domingo, 11 de agosto de 2019

¡Y qué!

¡Y qué!
¿Que la ciudad esté vacía, sin tus huellas, sin tu perfume, sin tu mirada, sin aquello que la llenaba de ti?


¡Y qué!
¿Que mi vida haya sido un desastre, que todos mis caminos se soltaron a la confusión, que las decisiones ni siquiera tuvieron sentido, que la playa me recuerde tu nombre con cada ola que toca la orilla?

¡Y qué!
¿Que los sueños se vuelven locuras, que los deseos se apaguen mañana, que el vigor se esfume como pavesa o que las aves no hagan su nido en mi balcón?

¡Y qué!
¿Que tu rostro se haya perdido entre los millones de rostros que en mi vida observé, que lo lánguido de la tarde me recuerde a alguien y que tú ya no estés?


¡Y qué!
¿Que los años se juntan como hojas en un jardín a mediados del otoño, amarillas, marrones, que el viento las voltee o una flama las consuma hasta el final?
¿Que de tantas cosas realizadas, el balance para afuera sea desfavorable, que las voces ciegas dictaminen su sentencia? Y me griten ¡fracasado!
¿Pero sabes qué?

Que todo fue tan repentino, que abrí mis ojos y te habías ido, que cerré las puertas y estuve preso, que peleé contra gigantes poderosos que mi imaginación creaba y todo por unos besos extinguidos. Que caminé veredas y anduve caminos tan largos y extenuado ahora, mi paso se hizo manso.


Después de todo, valió vivir, experimentar, derrotarme, controlar mi ira, despertar mi pasión, después también la compasión, mirar de frente al amor y decirle: 
¡Al menos te conocí!

A.R.Barrios
Veracruz, Ver. 11 de agosto de 2019

martes, 6 de agosto de 2019

Los viejos cantantes

Me gusta escuchar a los viejos cantantes. 
Como mi padre tenor. Su voz limpia, potente, sin vibración excesiva. 

Aquellos que dieron todo con sus cuerdas vocales y que nos trajeron canciones de una época que no fue nuestra. Nos enseñaron canciones de amor prohibido y notas escritas en verso. Cárdenas, Palmerin, Alcaraz, José Alfredo, Lara y más. Sabían métrica y combinando sonidos impusieron la voz. 

Esa voz creadora que todo lo hizo. Arriba y abajo. 
Esa voz, ahora perdida con ritmo de regueton, si a eso se le puede llamar música. 

Cuando "los escarabajos" irrumpieron cambiando todo, experimentando instrumentos de viento o cuerdas, incorporando su música hasta en las azoteas. 
Beethoven se alegró ese día.

Me gustan los cantantes viejos, me recuerdan el paso por la vida, a mi hermoso padre, las noches abrazando mi guitarra, aunque nunca fui buen guitarrista como mi brother Onésimo. Las serenatas a las novias de mis amigos y a la mía, el balcón encendido o la luz de respuesta de que ya estaba despierta quien escuchaba en el interior.

Música de 7 notas y sus octavas. Mezcladas todas nos regalaron la 9a. de Ludwig y hoy viaja por el espacio gracias a Sagan. Quizá en algún otro planeta, por fin, sea escuchada con atención.
Con esa música me iré. 

Centraré mis ojos para ir de regreso al hogar donde tal vez, me destinen a otros mundos o moradas del Creador.

Es un placer la música para los oídos, así como el arco iris para la vista, como los días para la semana.

¡Que suene entonces todos los días!

A.R.Barrios
Veracruz, Ver. 06 de agosto de 2019


Como Benedetti

       Te quiero bonita      Te quiero bonito      Te quiero dulzura      Te quiero con el alma      Mi corazón pierde el ritmo      Pierdo ...