domingo, 30 de mayo de 2021

la niña y el príncipe

 

LA NIÑA Y EL PRíNCIPE

¿Fue secuestrada?

¿Se la robaron?

Sus ojos bellos, cabello suelto, castaño y rubio, ¿su cuerpo? Apenas quince años.

Vivaracha, despierta para su edad.

Una tarde en la gran ciudad quedó atrapada, el amor la tomó entre sus brazos y la llevó vestida de novia.

No tuvo tiempo para pensar. Creyó que era un cuento de hadas y su príncipe con un beso la llevaba a un castillo en medio de un bosque y con súbditos alegres y felices con su nueva princesa.

La música de su época se fue con ella, quizá es lo mismo que nos sucede a todos. Llevamos en el cerebro los sonidos y sus recuerdos gratos, el primer beso, el primer abrazo sucesivo, la emoción de verse al día siguiente.

¡Cuelga tú!¡No, cuelga tú! 

Decían de un lado y del otro. Como no queriendo cortar el hilo de sus suspiros.

Vino la boda, el novio, el príncipe, con algunas batallas vividas, era notoria la diferencia, pero a los ojos de ella, no hacía falta cumplir más.

Él amor se dio, lo habitual de los primeros años, acoplarse, no mucho tiempo pasó y llegaron los hijos. Ambos mostraron madurez para la tarea de padres.

Él conocimiento mutuo, algunas veces es para ser compasivo con los defectos y debilidades de los amantes, otras veces es para denigrarse y usado como ofensa o argumento para reclamar. No importa lo bueno, cuando las cosas van mal, solo los reproches y el rencor aparecen.

De nada sirven los “te amo” gastados cuando caminas, veinte, treinta, años junto a alguien. Una mala vale mil buenas.

Entonces el príncipe se marcha a más batallas y deja la mirada lánguida en el balcón que espera el pronto retorno cuando aún se observa la retaguardia del avance.

El amor debe esperarse, guardarse o de plano, desecharse.

Qué de amores idos y venidos. Qué de princesas que esperan. Qué de príncipes que se pierden en otro amor, o se mueren lejos de donde un suspiro o una lagrima se derramó.

Cuántas princesas que sueñan en la venida de aquel que desaparezca el hechizo de una bruja malvada o de un tirano cruel que deponer.

Quisiera contar más de esta princesa, pero le perdí la pista a mitad del cuento y nunca más se supo de ella.

¿Vivió feliz para siempre?

Nadie lo sabe.

Dicen que hay una que espera en el puerto, otra que solloza en la estación del tren, unas que lamentan todo dando vueltas en un parque u otras paradas, olvidadas en un callejón.

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A.R.Barrios

Veracruz, Ver. 30 de mayo de 2021

domingo, 23 de mayo de 2021

DIA DE LAS MADRES Y LA BONDAD

 


Es extraño este mundo en el que vivo. Siempre que veo algo diferente, me impresiona.

Algunas personas me confían sus problemas, quisiera ayudar, pero soy tan limitado que la impotencia se apodera de mí. Quisiera asistirles y así aliviar sus penas, gente que sufre violencia de todo tipo, personas que aparentan ser felices pero que ocultan su dolor al agredir a otro. Me apena no poder hacer algo por los demás.

En mi caso, estoy casi acostumbrado.

Me han dicho de todo, han hecho alusión a mi exceso de peso, a mis contradicciones, a que soy incongruente (mi divorcio recién me puso en la mira de algún personaje amado que así me dijo y recién ellos se divorciaron también, quizá esperaban demasiado), burlas de todo tipo. Entiendo por qué lo hacen. Les comprendo la inseguridad que les hace sentir estar tan cerca de mí.

Una vibración diferente.

Hoy día de las madres en mi país (10 de mayo), día que no acostumbraba a celebrar. Mi relación materna había sido terrible. Hoy le beso y agradezco la vida que me dio. Le expreso lo maravillosa que ha sido descubrir este mundo de colores, este mundo tan diverso.

Tal vez, en otra vida, en otro mundo, podré seguir maravillándome de lo que veo y disfruto.

De personas bondadosas, compartidas y sin temor alguno.

De sentarme por la noche alrededor de una fogata con mis amigos y contemplar las estrellas del universo o ver una estrella fugaz en un parpadeo.

Estar en la montaña para nuevamente disfrutar ese aire frío en mi rostro y escuchar como los pinos platican con el viento y te cantan la bienvenida en primavera. O susurran sus cuentos nocturnos en invierno.

Por eso, a aquellos que se mofan, se sienten disminuidos, les digo. 

¡Sean amables, no son el ombligo del mundo! ¡Sean compasivos y amen en verdad!

¡Está vida es un suspiro en medio de la eternidad!

Aun así, los beso, los amo.

Ser imperfecto es mi defecto. Ser amable es mi virtud. 

No confundir con debilidad. 

Un beso y un abrazo.

A.R. Barrios

Veracruz, Ver. 233 de mayo de 2021

 

lunes, 10 de mayo de 2021

EL ENVOLTORIO O ESTUCHE

 

EL ENVOLTORIO O ESTUCHE

Existen diversas clases de envoltorios.

Por ejemplo, en los tamales, los hay de hoja de plátano para los de masa. O bien con hojas del elote para los tamales de maíz. También hay envoltorios para la barbacoa, donde se utiliza una fina película de la hoja del maguey.

Así, muchos alimentos son cocinados y en su preparación se usan envoltorios para ello. Logrando así, un guiso de delicioso sabor, que la gente paladea o bien, algunas veces, lo deja de lado por su mala preparación.

Cuando se va a hacer algún regalo, también se usan envoltorios, aunque últimamente han derivado hacia las bolsas de papel Kraft por aquello del reciclaje. Usaban hace mucho, papel de china, papel de estraza, hojas impresas de colores con un moño final, para que al abrir fuera una sorpresa agradable para el receptor. Dentro se contenía el preciado regalo, mismo que valía dependiendo de quién lo recibía o del bolsillo del obsequiante.

Hay cubiertas o envoltorios para todo. 

De la misma forma, sobre el planeta tierra, todo ser vivo, tiene su envoltorio. 

¡Su cuerpo!

Un estuche de diversas formas, tamaños, colores. Los hay altos, bajos, rubios, negros, morenos, gordos, flacos, escamosos, largos serpenteantes, emplumados, robustos o delgados. Todo cuerpo es un estuche temporal.

En los animales, es solo su representación de especie. Ave o cuadrúpedo, reptil o pez. Pero en los humanos, esta clasificación es bastante curiosa. A fin de cuentas, el libre albedrio nos distingue de los animales. Pobres animales, no conocen la soberbia.

La piel nos determina la raza, pero también el continente y país. De esto han nacido odios y complejos de superioridad. A la vez, el idioma, nos diferencia de otros humanos, swahili o inglés, español o mandarín, y entonces los cerebros dedicados a inyectar divisiones especializadas en humanos, inventan más.


Que el color de ojos, que la clase social. Hasta barrios donde habitar. Lugares para los negros, barrios para blancos o judíos, o más exigentes, fraccionamientos o clusters ahora, con vigilancia y detectores de acceso (por tu seguridad) donde únicamente la élite de cada ciudad, de cada sector, puede vivir. A costos elevados para evitar así la llegada de los menos favorecidos económicamente.

La división continua pues lo hacen ahora por género, sexo, profesiones, equipos de futbol, síndrome de aspergen o Down, o porque se vacunó o no. Con pasaportes diversos. Un ganado controlado y dividido. Con motas en la piel como vacas holandesas o de piel rubia como el ganado Charoláis. En fin, esto nos dan como mundo.

Lo tragamos, lo aceptamos.

Pero al final del camino, la edad, nos centra bien. Observamos a la gente, sus esfuerzos, sus cariños y bondades. Vemos si su vida es buena o mala. Parecen tener imágenes publicas respetables, pero en lo privado todo cambia. Nada es lo que parece. Y es que la soberbia nos lleva de la mano, lo económico se nos sube al cerebro, la piel también, el lugar donde vivo.

El moreno latino, se cree español, presume su descendencia de España, de Francia en su caso o de Italia. Otros de Alemania, movimientos migratorios que a través de la historia la humanidad ha realizado por hambre, guerras o por gusto.

Estuches que caminan y piensan, comen y deciden, estuches presumidos y soberbios, estuches como cajas de chocolate o como estuche de reloj suizo de marca de prestigio.

Al final de la vida, el estuche se arruga, se decolora, le salen manchas y manchitas, esto último para sentirse menos agredido por la dichosa mancha.

Estuches que ya no corren. caminan. Que no respiran, jadean. No se puede abusar del estuche. Presenta raspones, los goznes le suenan, las bisagras más. El interior es un desastre. No transita bien la mercancía, pero por fuera, nos maquillamos, vestimos, perfumamos, todo para alimentar el ego. Porque nos identificamos con el cuerpo para poder ser.

Olvidamos, la bondad. Por cierto, Beethoven decía que era el único símbolo de superioridad.

La compasión. Observar y en su caso ayudar. Tarde o temprano este estuche o envoltorio, habrá que ser desechado. Con los eventos de este año, muchos envoltorios se fueron. Amados por sus familiares. Esos envoltorios con nombre y sentimientos. Que amaron y poseyeron.

Que, en una relación orgásmica, se elevaron y por un pequeño instante tocaron la divinidad. Pero no se dieron cuenta.


¿Tú volabas?¡Yo también!

Ahora comprendo al envoltorio, se va, enjuto, dolorido, sudoroso, le cambió el olor, así que hay que recapitular. 

Permitir, con las manos, con los besos, con las miradas, atenciones, perdones también por qué no, que lo arrugado vaya más liso. ¿Lo estropeado se repare un poco, tal vez de esta manera se pueda usar nuevamente? 

    ¡Ah que de estuches vimos, tocamos, presumimos! 

    ¿No?

Además, en todos los casos, la envoltura es desechada porque lo importante y bonito, está dentro.

A.R. Barrios

Veracruz. Ver. 10 de mayo de 2021

 

domingo, 9 de mayo de 2021

BUENOS DIAS DEL SAPITO

 

—¡Buen día! Dijo el sapito brincando en su charco, feliz y contento.

—¡Buenos días! Respondió la oruga 🐛 que lentamente se dirigía al mercado.

El escarabajo carpintero revoloteaba para entrar a su agujero porque pronto sería papá mamá, escarbando cada vez, más agujeros en el tronco de madera suave. Su brillante coraza negra refulgía ante la luz del día.

Así levantaba el sol sus brazos en el horizonte y cada uno se veía como un rayo de luz, el aire se empezaba a agitar pues le anima ver la luz y sentirse a sí misma.


Allá a lo lejos se ve un águila pescadora, sobrevuela el risco buscando su desayuno y ellos, los peces se ocultan tras de las rocas pues no quieren servir de comida.

Cada ser en este mundo se levanta, abre sus ojos, respira, se anima o agita, muestra su vida y su palpitar.

¿Qué acaso somos habitantes extraños para no despertar?

La vida se muestra, vive con intensidad. Mañana es solo un invento después del “big ban”

La vida es maravillosa. ¡Despierta!

A.R. Barrios 

Veracruz, Ver. 2 de mayo de 2021

 

EL PIRATA PENSIONADO

 

EL PIRATA PENSIONADO

Mira a lo lejos, busca una luz que lo guíe hacia lugar seguro.

Viene cansado de tantas tormentas, muchas turbonadas lo sorprendieron. Debió arrear vela, subirse sin amarres al mástil, asegurar las velas a la verga, para que no se rompieran. Cuidar el foque.

Después, cuando todo amainó, limpiar la cubierta, arengar a su tripulación ya de por sí golpeada.

Pará tomar un rumbo seguro donde ocultarse pues estos piratas llevan el tesoro grabado en su corazón y así, mantener su secreto.

El clásico loro en su hombro, el parche en el ojo. Puesto para poder ver en las sentinas, más no porque fueran tuertos, sino para acostumbrarse a la oscuridad, donde muchas veces, se fraguaban los complots para un motín.


Y allá a lo lejos, un faro, hecho de leños encendidos, donde lo espera una taberna y ahí su bella cantinera, quien con besos ardientes lo convencerá de grabarse su nombre en un tatuaje en el brazo, o el pecho, cerca de su corazón.

Emprender un nuevo viaje, sin rumbo fijo, con la esperanza de cruzar batalla con un galeón español cargado de oro, saqueado de las nuevas tierras y pensar después el regreso donde su amada lo espera.

Ávidamente buscar ese rayo de luz que le lleve nuevamente hacia ella, ahí donde por fin, quizá, atraque su nave para siempre.

Bajo la sombra de unas palmeras, saborear su ron, un coco y mil veces pasar su vista por las caderas de María, el nombre grabado en su brazo, para por la tarde con el calor del ambiente y el ocaso del sol, llevarla de la cintura para convertirse en uno, para ambos ser unidad.

A.R. Barrios

Veracruz, Ver. 01 de mayo de 2021

 

UN LOCO ENAMORADO

 Primer día

No me sentí mal

Quizá extraño al no tener noticias tuyas.

Unos leves pensamientos que viajan a la velocidad de la luz y un suspiro respetando tu deseo anónimo.

Me pregunté, un poco vanidoso, si habrás pensado en mi.

Se fue el sol tras la montaña y sus colores rojos llevaban el calor.


Segundo día

Lo prometo que hago es revisar el ordenador, es un tiempo que presagia la desesperación. Es de madrugada, no sé cómo le haces para inundar mi cerebro con tu imagen.

Recuerdo las risas, las estrellas en el cielo ocultas por la luz de la ciudad, también sonríen para disfrutar que irán a descansar.

Se asoma la luz en el horizonte, este eterno girar, está tan cerca el final de la noche para iluminar el día pero no sé nada de ti para iluminar mi día.

Transcurre la vida, pero el pensarte me inquieta, siguen las horas su desfile despiadado.

Llega la noche y me asfixia no saber de ti.

Él cuerpo cansado cae de lado. Los espacios de la habitación son paredes acolchonadas para soportar a este loco, perdido, enamorado.

Tercer dia

Una madrugada más, el día transcurre así. Tal y como el anterior. Los días se suceden, la imagen se desvanece, pero no el pensar en la grandeza de este amor.

Día 47, los cinturones ajustados de mi camisa de fuerza, se cierran a mí espalda, esta insana locura que me lleva hasta este primo día, quizá alguien halle el remedio mediante una trepanacion. Me cure de los recuerdos, las muchas noches de insomnio, los varios soles a mi alrededor. Pensaba que así encerrado, maniatado, lograría mi salvación. Pero no. Ya son muchos días, nadie me ha dicho que erré el conteo pues es el día 47 de cinco años encerrado por este mal de amor.

Firmado con una pluma sostenida con los dientes, imposible usar mis manos, seguramente cometería otra locura.

Diario de un loco.

Por favor, díganle al del maniquí de Serrat, que estoy aquí encerrado en el mismo hospital que él.


A.R. Barrios

Veracruz, Ver. 7 de mayo de 2021

Como Benedetti

       Te quiero bonita      Te quiero bonito      Te quiero dulzura      Te quiero con el alma      Mi corazón pierde el ritmo      Pierdo ...