Me acerqué tanto a tu piel que comencé a grabar mi nombre, terminé escribiendo un poema con letras desgarradas cuando me dijiste: ¡Me voy!
Desde entonces loco viajo por el planeta, buscando pieles dónde escribir y me llaman degenerado por eso.
Ahí enmedio de la mar o a su orilla, de arena gris o arena blanca, emerge mi pasión por el amor, sólo por él, por tí, mirando como caballero inglés, observando el ir y venir de la elegancia, que eres tú, vestida de rojo camina entre tanta indiferencia, así comienza a amanecer.
La tormenta pasa, las estrellas se apagan para dar paso al sol, descansan para circular, vigilantes a mi izquierda y derecha, al fondo el Oriente, donde tengo que llegar, de preferencia lleno de felicidad, aunque eso no lo entiendan otros.
Bienvenido el día, día de la Luna.
Te sigo buscando, para ya no tener que escribir en otra piel que no sea tu piel.
A.R. Barrios
Desde entonces loco viajo por el planeta, buscando pieles dónde escribir y me llaman degenerado por eso.
Ahí enmedio de la mar o a su orilla, de arena gris o arena blanca, emerge mi pasión por el amor, sólo por él, por tí, mirando como caballero inglés, observando el ir y venir de la elegancia, que eres tú, vestida de rojo camina entre tanta indiferencia, así comienza a amanecer.
La tormenta pasa, las estrellas se apagan para dar paso al sol, descansan para circular, vigilantes a mi izquierda y derecha, al fondo el Oriente, donde tengo que llegar, de preferencia lleno de felicidad, aunque eso no lo entiendan otros.
Bienvenido el día, día de la Luna.
Te sigo buscando, para ya no tener que escribir en otra piel que no sea tu piel.
A.R. Barrios
Veracruz, Ver. 15 de octubre del 2018