Hoy es día de mercurio, día de calor, de rojo, con su casco, bastón del cadueo y sus pies alados, algo de perversidad sensual.
Para crecer, hay que menguar.
Los pueblos piden paz y los dioses guerreros convertidos en humanos imponen sus guerras, la depredación y miseria de la gente, lineas completas de niños pidiendo pan. Campos de concentración para la experimentación, les encanta ver los harapos y la hambruna, mientras ellos se pasean en las grandes avenidas, en sus carrozas modernas de lujo, despreciando la bella humanidad, pues ellos no son humanos.
La gente moviéndose de un país a otro, buscando trabajo y comida, seguridad ante los lobos sueltos, emigrantes de uno a dos sujetos, se han convertido en torrentes de gente interminables y pasó de migración a éxodo.
¿Donde está el Moisés que separe las aguas hacia un lugar de paz y armonía?
No hay rincón donde esconderse, los campos sagrados son profanados. No se recuerda momento igual en la historia de estos pueblos y sólo tú y yo podemos salvar a la humanidad.
Porque sólo el amor puede acabar con tanta maldad y sólo el amor sobrevivirá. En esta lucha moderna, que es la lucha por tu alma, por nuestra alma, que sólo fundiéndola se hará inmortal.
Además, no puedo ser indiferente.
Aquí te estoy esperando siempre.
A.R.Barrios
Veracruz, Ver. 20 de junio del 2018
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