¡Nunca te fuiste de mi mente!
Repetía tu nombre como mantra, cada vez que estaba triste, cada que tenía un problema, cualquier ocasión.
Cuando iba a dormir o al despertar. Sobre todo esto último. Es increíble cómo al abrir los ojos era lo primero que pensaba.
¡Tu nombre!
En medio de mis angustias... Tu nombre.
Siempre ha sido así.
¡No debí casarme contigo! Me gritó 42 años después. Como buscando ofenderme.
Yo lo pensé desde el principio.
Por eso sentenció que si fui maldito mil veces por haber sido infiel, según la sentencia bíblica.
Decreto ahora, sentenció, que mil millones de veces te amo, en mil millones de vidas, en mil millones de mundos, en mil millones de eones de tiempo, que siempre te amaré.
Que doy gracias a Dios por tu presencia y tu amor.
Vi tus lágrimas y aún así te abandoné. También por eso pagué.
¡Ya no más!
Aquí termina la maldición e inicia la bendición.
Un amor así debe tener un final feliz.
Es la última vez que te escribo algo así. Lorena de mi vida y mi alma. Sobre todo de mi alma
Por fin puedo escribir tu nombre, el nombre de mi amor.
A.R. Barrios
El Texar Station County, Medellín de Bravo, Ver. Junio de 2022
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