martes, 16 de enero de 2018

El sexo y ella


Cuando pienso en ella, trato de recordar sus labios besando los míos, sus blancas piernas enlazadas con las mías, el tamaño de sus senos con cabida para mis manos, de cómo bese su ... todo, de cómo su piel tibia se deslizaba entre mis pasiones, pero… 


¡Eso es terrenal! ¡Eso es carne! ¡Eso es nada que se lleva la nada! 

Lo que siempre recuerdo, son sus mejillas blancas, rosas, con pelillos apenas perceptibles, como un durazno entre mis manos y bajo el escrutinio de mi mirada. 

Recuerdo sus pies, me parecían perfectos, bellos, pequeños, blancos. Para besarles una y otra vez, para abrazarlos y tenerlos así por largo rato. 

Recuerdo las pecas de su rostro y su alegría contagiosa, que me llevaba al éxtasis del amor, a sonreír a todo el mundo, porque mi mundo era solo ella. 

Recuerdo haber habitado en un mundo de oscuridad y de ser menos que nada antes de ella, cuando descubrí su rostro, su sonrisa, sus dientes blancos como la nieve y su cabello negro largo como la noche interminable. 


Un conjunto lleno de amor y de universo. Cada día me llenaba la alegría de saber que la vería, de saber que ahí estaba para mí, que sus manos se enlazarían con las mías, que sus lindos ojos me mirarían tanto que se gastaría el tiempo en vivir de sus miradas. 

Es poco lo que puedo decir a mi favor o tal vez ni siquiera hay nada que decir, culpable soy en toda la palabra, ¡cuánta falta me has hecho desde entonces! 

Te amo lucero de la mañana, te amo sueño mío, te amo sonrisa contagiosa, curiosidad de dar y entregarse, te amo, aunque tarde ¿porque sabes? No recuerdo haberte dicho "te amo", no recuerdo ni una palabra. Quizá como un mecanismo de defensa he olvidado detalles de todo, pero mi culpa es para siempre, para atormentarme, para dolerme, para pagar el mal que hice. 

Desde entonces no he encontrado la paz, sé que no hice bien, sé que todo se trastocó desde entonces, he fracasado en todo y no he encontrado la felicidad. Aparento tal cosa, lo finjo, como una careta que me coloco cada día, me río y gozo el momento, pero cada pensamiento me lleva hasta ti, hasta nosotros, hasta mi cobardía, hasta ser un fracasado de humano basura que deambulo por el mundo con el corazón y el alma vacía desde entonces. 

Lo siento en verdad, te amo por toda la eternidad y si hay otra vida deseo una oportunidad, perdóname amor, te lo pido una y otra vez, sin finalizar mi clamor de perdón y sobre todo agradezco haberte conocido. 

Hiciste de un insecto un ser humano que, creído de ello, se envaneció y perdió la razón estúpidamente. No tengo excusa y tal vez, ni perdón. 

¿El sexo? 
¡eso no es nuestro amor! 

Fotografía de Joaquin Vila

A.R.Barrios


Veracruz, Ver. Ignoro la fecha.

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