CONVERTIDO EN LLUVIA
Decidí convertirme en
lluvia.
Así te tocaría el hombro
y mojaría tus cabellos.
Me acumularía frente a tu
ventana por las mañanas y con cada gota, suave, fresca, golpearía el vidrio
para despertarte.
Y es que no encuentro mejor forma para poder saber de ti.
Hace ya tanto tiempo que
te fuiste que quizá hasta el próximo año, en temporada, me pueda convertir,
viajar en una nube, sondear tus noches y madrugadas.
Ahí donde te guareces,
donde no quieres ni mojarte.
Vives escondida sin saber
nada.
Con temor que un ogro te
despoje y quizá soñando que sus besos por fin le puedas romper el hechizo para
convertirlo en un príncipe de ojos azules y yo que tengo ojos lánguidos de
pulga pedorra.
Por lo tanto, gota dejo
de ser, me resbalo por las laderas, causo aluviones en mi frustración, inundo
pueblos enteros con tal de encontrarte.
¡Y nada!
Tal vez ya te
acostumbraste y te gusta tu reclusión.
Te pierdes del sol por
las mañanas y de la luna llena para la imaginación.
Me voy trepado en esa
nube gris y no es por el color que está triste, es porque deberá regar otros
campos mejores que el tuyo y dispuestos a recibir mis gotas de amor.
Adiós, ciega, lerda,
subjetiva del ser.
A. R.
Barrios
Veracruz, Ver. Septiembre de 2021
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