Algún día te llamaré y te diré:
Aquí estoy en tu ciudad.
Y me gustaría verte.
¿Irías a mi encuentro?
Eso soñé que sucedía. Queda solo el mundo de los sueños. Tú eres mi sueño. Mi sueño constante. En el mundo de los sueños vivo y en el permanezco. Es donde he sido feliz siempre. Un cuento de hadas en un tiempo moderno.
Era el canto desesperado del trovador enamorado. Que en su locura destrozo los caminos blancos y tomó los sinuosos escarpados. Haciendo con ello su tránsito más complejo y sin hallar lo sublime. ¿Se perdió?
No. Aún queda vida y con ella la esperanza existe.
Doblando la esquina puedo ver casi el fin. Esta ruta trazada llena de hermosos caminos. De bosques con frondosos pinos. De su olor que acaricia mi sentido. El aire que aspiro frío y algunas flores creciendo en la orilla.
También ha habido piedras. Esas que estorban. Esas que lastiman. Pero nada que el amor, tu amor y tu recuerdo, no ayudara a resolver.
Veo que algunas veces hubo tristezas y lagrimas. Pero no puedo culpar a nadie excepto a mi. Yo construí. Yo derribe. Y volví a empezar. Una y otra vez. Como ave que desea escapar y choca contra el vidrio. Y me volví en experto en errores. Hasta que algún día la paz, el amor, le dio la calma a esta turbulencia en mi cerebro.
Veo que algunas veces hubo tristezas y lagrimas. Pero no puedo culpar a nadie excepto a mi. Yo construí. Yo derribe. Y volví a empezar. Una y otra vez. Como ave que desea escapar y choca contra el vidrio. Y me volví en experto en errores. Hasta que algún día la paz, el amor, le dio la calma a esta turbulencia en mi cerebro.
En todo siempre estuviste y en todo permaneces. Nunca te vas. Aquí estás.
A,R,Barrios
A,R,Barrios
Veracruz, Ver. 17 de noviembre del 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario