Ella me rozaba la piel y yo me convertía en fuego.
Me encendía y después de la explosión le entregaba mi corazón.
Es verdad lo que puedas imaginar, más no te lo diré todo. Juntos llegábamos al infinito, al cielo y al infierno, eramos ángeles descontrolados.
Así, mi hermano es como me perdí, se fue y vivo extraviado en los caminos de mi ego.
A. R. Barrios
Me encendía y después de la explosión le entregaba mi corazón.
Es verdad lo que puedas imaginar, más no te lo diré todo. Juntos llegábamos al infinito, al cielo y al infierno, eramos ángeles descontrolados.
Así, mi hermano es como me perdí, se fue y vivo extraviado en los caminos de mi ego.
A. R. Barrios
Veracruz, Ver. 25 de octubre del 2017
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