miércoles, 25 de octubre de 2017

Rompiendo reglas


Te cruzastes conmigo, aquel dia

y de ese instante, sueño y muero
que en tus labios, quedo mi poesia
que en tus ojos, la luz que no encuentro.

Lejos estas y cerca siempre
que en mi alma hiciste hogar
pues ya nunca me abandonas
Algo en mi ser se desgarra
y tan solo recordarte me emociona
duermo, pensando en tus besos
si no me ofreces tu acento
vivo buscando tus huellas
mi presente es lo unico que siento ya
Mi pasado se esfuma en la historia
decido a vivir, sin mas demora
si no me ofreces tu acento
y juntar todo mi amor, para ofrecerte
Algo en mi ser se desgarra
duermo, pensando en tus besos.
vivo buscando tus huellas


Canción Sueño y muero
Chambao

Leer a Saramago en su ensayo sobre la ceguera, abrió mis ojos. Me hizo descubrir lo dormido que estoy, que estamos, lo ciego que estoy, lo ciego que estamos, lo lento que voy hacia el final y no hice nada por este mundo debido a mi ceguera.

¿Por qué Saramago escribe así, sin comas ni puntos, ni signos?—.
—¡Porque conoce las reglas!contestó Raciel.

Desde entonces entendí, debo de escribir antes que el amor pase nuevamente y te encuentre a ti.


Pasé al lado del amor y me sonrió muchas veces, desde la primera vez que me enamoré, desde mi primer beso, desde mi primer amor, desde que amanecí rodeado de abrazos de mi amada, desde que supe el sí y entonces olvidé el no.

Caminos que tomé, sin remordimiento, a nadie lastimaba, caminos sin temor, de descubrimiento, de besos de tarde, escondidos, de pena, de manos entrelazadas, de por favor no me abandones si te acabo de encontrar.

Como olvidarte mujer, como dejarte si eres canto permanente que me gusta escuchar, tus ojos lindos, tu blanca piel, las curvas de tu espalada que me atrapan y sueño con ellas y si te tengo a mi lado.
¡Para qué soñar!

Locura de día, locura de noche, de oraciones sin rezar, de dioses sin altar, de saber que ahí está y que también sé, de su amor sin final.

¡Oh mujer, oh amor mio! cuantos años, cuantos besos, cuantos abrazos, cuanto estrujar tus nalgas con mis manos y cuanto morder mis labios tú realizas, aún sin verte. Solo esperando el instante de encontrarte, de volverte a ver.

Quizá, tal vez, en un giro del universo o de los mundos paralelos te vea otra vez, de cualquier forma te volveré a amar.

Escribir toda la noche, dejarte un beso en tu rostro traspasando la almohada para que al despertar encuentres el tesoro que dejé, los besos que escondí, siempre para ti.

A. R. Barrios


Veracruz, Ver. 25 de octubre del 2017


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